El COVID-19 está poniendo patas arriba todo el país. La gente confinada, las UCIS de los hospitales saturadas y al material sanitario ni se le ve ni se le espera.
Y mientras el caos campa a sus anchas, quién lo iba a decir, la Iglesia se convierte en un hotel de lujo. Pero no en un hotel de lujo cualquiera, aquí no hay jacuzzis, ni hidromasajes, ni buffet libre para desayunar.
Lo que sí que hay son miles de camas que distintas Diócesis e Instituciones de la Iglesia están poniendo al servicio de las autoridades sanitarias. Miles de camas preparadas para acoger tanto a sanitarios que lo puedan necesitar para descansar como a enfermos que no puedan ser atendidos en los hospitales.
1.
En la Diócesis de Albacete han ofrecido 40 habitaciones que tienen disponibles en su Casa de Ejercicios Diocesana. La casa se encuentra al lado del Hospital Perpetuo Socorro, cosa que podría facilitar el trabajo al personal sanitario debido a su ubicación.
2.
La Diócesis de Ávila ha puesto a disposición del Ayuntamiento 600 camas que tiene en distintos centros como la Casa de Ejercicios, la residencia de los Padres Dominicos, el Centro de Mística o el Colegio Diocesano entre otros.
3.
En Barbastro han puesto buena parte de su casa sacerdotal a disposición de los profesionales del Hospital de Barbastro, para que puedan usarlo como alojamiento para descansar después de las jornadas maratonianas que están teniendo.
4.
La Archidiócesis de Burgos ha habilitado en un tiempo récord las estancias del Seminario diocesano para poder acoger al mayor número posible de personas sin hogar.
5.
La Diócesis de Cartagena ha puesto la Casa de Espiritualidad Coto Dorda al servicio del Ayuntamiento para atender a 40 personas sin hogar.
Y podríamos seguir con decenas de “hoteles de lujo” más que pertenecen a la Iglesia, pero esto es Gracias en 1 minutoy no podemos enrollarnos tanto.
Así que nada, que al final parece que las riquezas de la Iglesia no eran palacios y jacuzzis, sino camas y generosidad cuando más necesaria era.