España se ha inundado de monjas que, cumpliendo con el tradicional refrán, están a Dios rogando y con el mazo dando.
Cientos de monjas en España no solo han intensificado sus horas de oración, sino que en muchos conventos han aparcado las tareas a las que hasta ahora se dedicaban para empezar a fabricar mascarillas. Una vez más, la Iglesia asistiendo con alegría y tesón las necesidades del prójimo.
Y no es algo anecdótico, cada vez son más los conventos que se suman a esta bonita iniciativa que ha ido surgiendo de modo espontáneo a medida que el COVID-19 iba avanzando posiciones.
- Las Hermanas Clarisas de la Divina Providencia de la Vall d’Uixó, por ejemplo, ya han entregado 100 mascarillas a la prisión de Castellón. Actualmente están produciendo más mascarillas que irán destinadas a la Guardia Civil y a la Policía Local.
- En el Convento de las Agustinas de San Leandro, en Sevilla, 18 monjas están cosiendo cada día cerca de 500 mascarillas. Y todo gracias a las donaciones que están recibiendo de los Hermanos Costaleros de Las Aguas, que les han entregado las máquinas de coser necesarias y les suministran telas, elásticos e hilo.
- Las Carmelitas Descalzas de Fuente de Cantos, en Badajoz, han dejado sus ocupaciones habituales (salvo la oración) para empezar a hacer cada día cientos de mascarillas para quienes las puedan necesitar.
- En Córdoba la lista de conventos que se han sumado a la elaboración de mascarillas no es corta: la Clarisas de Santa Cruz, las Carmelitas de la Antigua Observancia, las Jerónimas, las Capuchinas, las Cistercienses de la Encarnación, las Carmelitas Descalzas de Santa Ana de Córdoba, las Concepcionistas de Hinojosa del Duque, las Clarisas de Montilla, las Carmelitas Descalzas de Aguilar de la Frontera y las Agustinas Recoletas de Cabra. Y, además, todavía les quedan muchas horas para rezar “por todos los enfermos, especialmente por los que viven este dolor en soledad, para que se encuentren con Dios”.
Y podríamos seguir engrosando esta lista hasta el infinito y más allá, pero esto es Gracias en 1 minuto y no nos podemos enrollar.
Así que nada, que al final va a resultar que las monjas ‘más carillas’ nos salen muy baratas.