Son habituales durante el mes de mayo las romerías, las visitas a los santuarios marianos y el rezo diario del rosario en muchas parroquias.
En España, la celebración del mes de mayo como el mes de la Virgen María, se remonta a la Edad Media. Aunque es una costumbre extendida a todo el mundo desde hace ya algunos siglos.
Algunos grandes autores como Vittorio Messori ven en esta celebración la cristianización de una fiesta pagana. Cabe recordar que en la antigua Grecia en mayo se celebrara a la diosa de la fecundidad, Artemisa. Y en Roma a la diosa de las flores y los jardines, Flora. Además, quien da nombre a este mes es Maia, la diosa de la primavera.
Y la pregunta es, ¿y por qué este mes dedicado a María si hay muchos otros con fiestas más importantes dedicadas a Ella?
Para responder a esta pregunta hay unas reflexiones muy bonitas que hizo el beato cardenal John Henry Newman en su libro: Devociones y meditaciones.
John Henry Newman fue un presbítero anglicano convertido al catolicismo en 1845, más tarde elevado a la dignidad de cardenal por el papa León XIII.
- “La primera razón es porque es el tiempo en el que la tierra estalla en tierno follaje y verde pastos, después de las severas heladas y nieves del invierno, y la cruda atmósfera y el viento salvaje y las tempranas lluvias de la primavera”
- “Porque los retoños brotan en los árboles y las flores en los jardines. Porque los días se vuelven largos, el sol nace temprano y se pone tarde –añade-. Porque semejante alegría y júbilo externo de la naturaleza es el mejor acompañante de nuestra devoción a Aquella que es la Rosa Mística y Casa de Dios”.
- ¿Pero y si el mes de mayo trae cada día un rayo, como dice el refrán? “Aun así, nadie puede negar que al menos sea el mes de la promesa y de la esperanza –responde el eclesiástico inglés-. Aunque el tiempo sea malo, es el mes que inicia y preludia el verano”.
- “Mayo es el mes, si no de la consumación, al menos de la promesa, ¿no es este el sentido en el que más propiamente recordamos a la Santísima Virgen María, a quien dedicamos el mes?”
Y también habló al respecto San Juan pablo II en una audiencia general al empezar el mes de mayo de 1979: “El mes de mayo nos estimula a pensar y a hablar de modo particular de Ella. En efecto este es su mes. Así pues, el período del año litúrgico, y el corriente mes, llaman e invitan nuestros corazones a abrirse de manera singular a María”.
Qué menos para la Reina del Cielo que todo un mes dedicado a Ella, y qué bonito que sea precisamente el mes más bello de todos, en el que las flores nos muestras todo su esplendor y nos anuncian la llegada del verano.